UBO reafirma la necesidad de un desarrollo sostenible post pandemia

En la última década se ha acelerado el crecimiento de nuevos emprendimientos de innovación y base tecnológica que han potenciado nuevas formas de desarrollo económico.

Foto: Pexels

El planeta históricamente ha sufrido grandes catástrofes naturales y por periodos miles de veces más extensos de lo que los seres humanos llevamos habitando la tierra, por lo cual, según la historia infiere, es bastante improbable que logremos destruir la masa de la tierra. Sin embargo, lo más probable es que las personas suframos una autoextinción formada por algún error humano o una extinción natural generada por algún fenómeno climático o por alguna pandemia mucho peor a la que hemos vivido estos últimos dos años.

“En la última década se ha acelerado el crecimiento de nuevos emprendimientos de innovación y base tecnológica que han potenciado nuevas formas de desarrollo económico, lo cual, está incentivando la colaboración entre personas y reutilización de productos materiales. La economía colaborativa básicamente apunta a que, si las personas poseemos un bien o servicio ocioso que no estemos utilizando, podamos compartirlo”, explicó Pablo Targarona, director de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad Bernardo O`Higgins.

Agregó que, por otra parte, también se ha potenciado la denominada economía circular que busca reducir la producción de materias primas vírgenes y los desechos de productos materiales ya elaborados, ojalá consiguiendo un impacto neutral en el medio ambiente. “Actualmente, la mayoría de las grandes empresas están migrando sus estrategias para ser carbonos neutrales, por lo cual, se genera una gran esperanza para evitar cualquier desastre con nuestra especie”, indicó Targarona.

¿Será suficiente con el aporte de las empresas?

Con este cambio en mente, la pregunta necesaria fue si los esfuerzos deben ser solo de las empresas. El director de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad Bernardo O`Higgins, destacó que “definitivamente no, solo con las empresas es muy difícil lograr conservar nuestra especie humana, debido a que las personas movilizamos la demanda de productos y servicios, por lo cual, necesitamos tomar conciencia acerca de nuestra forma de interactuar en el mercado, potenciando aptitudes y valores claves que son necesarios para orientar el equilibrio económico hacia una producción de calidad, que mejore la distribución de recursos con el mínimo impacto medio ambiental”.

En este sentido, añadió que “algunos de estos aspectos claves que debemos fortalecer se conectan con el simple hecho de pensar en el bien común, de forma solidaria y consciente de nuestros hábitos de consumo, permitiendo enfocar nuestro uso de razón y lógica para cuidar nuestro futuro colectivo e individual, intentando así, que nuestro fugaz paso por la tierra y universo, pueda ser un aporte a mejorar la calidad de vida de las personas del hoy y del mañana”.

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