Habitaron entre el 7.020 y 1.500 a. C:

Secretos de las momias de la cultura Chinchorro, las más antiguas del mundo

Investigadora de la Universidad de Tarapacá reveló detalles inéditos sobre este grupo prehispánico que habitó la costa del desierto de Atacama y sus avanzadas técnicas de momificación.

La rica herencia de la cultura Chinchorro, famosa por sus antiguas momias, capturó la atención de los asistentes de “Protagonista 2030”, durante la conferencia impartida por la Dra. Vivien Standen, investigadora de la Universidad de Tarapacá. En el evento, antropóloga física exploró las complejas técnicas de momificación y los significativos descubrimientos arqueológicos que han posicionado a esta cultura en el prestigioso listado de Patrimonio Mundial de la Unesco.

En la exposición “La cultura Chinchorro y sus cuerpos momificados más antiguos del mundo”, la especialista destacó que los terrenos desérticos de Arica han jugado un papel crucial en la conservación de las momias Chinchorro, permitiendo a los científicos estudiar estas prácticas funerarias excepcionales. Esta cultura, que prosperó en el sur de Perú y la costa del norte de Chile, es conocida por sus momias negras y rojas, diferenciadas por las técnicas de preservación utilizadas. Sin embargo, las razones detrás de estas particularidades aún no se comprenden completamente y continúan siendo objeto de investigación.

Una de las técnicas más impresionantes descritas por Standen incluye la creación de máscaras para las momias. Los procesos comenzaban con la extracción de los órganos a través de un orificio en el estómago, seguido por el relleno del cuerpo con pastas y materiales naturales para restaurar su volumen. Las momias Chinchorro incluyen no solo adultos, sino que también una notable cantidad de infantes y fetos, reflejando el profundo aprecio de esta sociedad por sus miembros más jóvenes.

Los niños momificados solían ser enterrados junto con herramientas de pesca, fabricadas con elementos reciclables, lo que subraya su papel en la economía y la vida diaria de la comunidad desde una edad temprana. Un detalle mencionado por Standen es que muchos bebés eran enterrados con máscaras que mostraban la boca abierta en un gesto que parecía un grito, un aspecto cuyo significado aún desconcierta a los investigadores.

Actualmente, el museo que alberga las momias Chinchorro resguarda alrededor de diez mil piezas, incluyendo tejidos, cerámicas y otros artefactos tecnológicos reciclados. La labor de preservación y estudio realizada por la U. de Tarapacá fue fundamental para que la Unesco reconociera estos asentamientos y técnicas de momificación como Patrimonio Mundial.

La exposición, que incluye momias en su posición original junto con sus implementos y vestimentas, proporciona una ventana única al pasado y subraya la sofisticación y el ingenio de la cultura Chinchorro. La Dra. Standen concluyó su charla enfatizando la importancia de continuar las investigaciones y de educar a las nuevas generaciones sobre este invaluable legado histórico.

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